
Después de tantos pasillos, de traspasar dinteles impresisos, de paredes dudosas, puedes encontrar en el centro otra pared.
Arquitecto de laberintos, inventor de alas, padre del soberbio Icaro, hijo de la leyenda, hoy dédalo te llevo dentro y te invoco en el oráculo del lienzo para que me asistas en mis reflexiones.